Diplomarbeit, 2015
97 Seiten, Note: 4.8 sobre 5.0
INTRODUCCIÓN
1. DESDE EL PRINCIPIO
1.1 La necesidad de Fabricar imágenes
1.2 EL CUERPO
1.2.1 Pensar el cuerpo
1.2.2 La problemática de la reducción humana
1.2.3 Relación cuerpo y espacio
1.2.4 El reconocimiento de lo sagrado
1.2.5 El cuerpo frente al espacio
1.3 LAS PRIMERAS EXPLORACIONES
1.3.1 Mi paso por la academia
1.3.2 El origen de una mirada
2. CONSTRUCCIÓN DE LA OBRA
2.1 MANIFIESTO / LA EXTERIORIZACIÓN DE LAS AGUSTIAS
2.2 LA RUTA DEL CONCEPTO
2.2.1 Hacia una unidad ontológica del hombre
2.2.1.1 Holy Motors y el legado de Antonin Artaud
2.2.1.2 Un Chapuzón en el pensamiento de Gilles Deleuze
2.2.1.3 El sentido de la inmanencia
2.2.1.4 Off Bit. Donde por un rato, no hubo más que siempre
2.2.2 El motor del deseo
2.2.3 Sardu. El Maestro del Teatro Macabro
2.2.4 La obra de arte
2.3 HACIA EL CAMINO DE LA FIGURA
2.3.1 La vía de la Sensación
2.3.2 El material y la estructura
2.3.3 Aprender a ver
2.3.4 Sensación y concepto
2.3.5 La Figuración y el Cliché
2.3.6 Una pintura análoga
2.3.7 El Cuerpo, La Carne y la Sangre, como un devenir animal
2.3.8 El ojo Háptico
2.3.9 La amabilidad de lo cercano
3. CON/TACTO: la unión de la mano y el ojo, en un paisaje del cuerpo
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
En primer lugar, agradezco enteramente a mi madre por haber tenido la resistencia necesaria y porque tal vez no ha perdido del todo la esperanza. Gracias por haberme apoyado después de todo.
Agradezco profundamente a Jaime Pineda por inyectarme grandes dosis de curiosidad. También quiero dar gracias a Diego Escobar por sus acertadas críticas y excelente papel como docente. A Sebastián Rivera por enseñarme que la frontera entre profesor y estudiante debe diluirse para acceder al conocimiento.
Finalmente, quiero dar gracias al Maestro Vicente Matija Sevic por una de las conversaciones más estimulantes sobre pintura, de la que intentaré con gran esfuerzo revivir un pequeño fragmento al que le debo casi por completoésta obra:
- Vea chino … la pintura es má s fuerte que la escultura.
- ¿ Y eso porqué ?
- Muy Fá cil chino póngale cuidao … ¿ Cuá ntos Kilómetros está pintando usted
ah í , en ese paisaje?
- No pues no sé , supongo que muchos.
- Usted está pintando miles y miles de kilómetros en algo que tiene 2cm de profundidad. Y valla pues tropié cese con alguna cosa.
Palacio de Bellas Artes / Clase de Pintura / 2010
Fig. 1DIBUJO EXPERIMENTAL / lápiz grafito sobre papel / 2008
Fig. 2DIBUJO EXPERIMENTAL / lápiz grafito sobre papel / 2008
Fig. 3DIBUJO TÉCNICA MIXTA / de la serie Poéticas de Un cuerpo escindido /
Fig. 4JENNY SAVILLE / Pintura alóleo sobre tela / 1992
Fig. 5Perro Negro / Origami (Papel Doblado) / 2011
Fig. 6El Habitar / Performance en espacio público / 2011
Fig. 7Amasijo / Dibujo Técnica Mixta / De la serie poéticas de Un cuerpo escindido /
Fig. 8PAULA REGO / The Pillowman / Pintura alóleo sobre tela / 2004
Fig. 9LUCIAN FREUD / Self Portrait Reflection / Pintura al Óleo sobre tela /
Fig. 10Proceso / Estructura en alambre forrada en plastilina / 2014
Fig. 11Proceso / Estructura en alambre forrada en plastilina / 2014
Fig. 12Proceso / Estructura en alambre forrada en plastilina / 201 4
Fig. 13Proceso / Sangre de cerdo sobre plastilina / 2014
Fig. 14Proceso / Sangre de cerdo sobre plastilina / 2014
Fig. 15CILDO MEIRELES / Espejo Ciego / marco de espejo relleno con Concreto /
Fig. 16DORIS SALCEDO / A flor de piel / pétalos de rosa cocidos con Hilo /
Fig. 17EVA HESSE / Trabajos del estudio. Briony Fer / 2010
Fig. 18EVA HESSE / Trabajos del estudio. Briony Fer / / 2010
Fig. 19 MANUELA JARAMILLO / Intervención en pared de concreto con Sangre / Quinta Muestra Zona de Encuentro /
Fig.20 CAROLINA LÓPEZ SANTA / Cerámica / Primera muestra Zona De Encuentro /
Fig.21 PABLO ALEJANDRO FORERO / Pintura / Tercera muestra Zona De Encuentro /
Fig. 22 MARGARITA MARIA OSPINA RAMÍREZ / Casa invisible /
Fig. 23 JHON JAMES MARÍN V / Los Montañorodontes /
Fig. 24 SEBASTIAN RIVERA RUÍZ /
Fig. 25 Proceso / Sangre de cerdo sobre plastilina / 2014
“ La poes í a es un alma inaugurando una forma ” Pierre Jean Jouve.
Inquieto por una idea del cuerpo desde que entré en la academia de artes y contagiado a la vez por el estudio sobre cierta problemática que existe en la Filosofía y el Arte Contemporáneo, relacionada con la separación y antinomia evidente entre cuerpo y espacio; resolví por promover una respuesta contenida en una manifestación estética.
Así, haciéndome de elementos inherentes a la escultura, replanteados en el medio pictórico, elaboré una propuesta que pretende diluir, dilatar, desgarrar y expandir una idea figurativa del cuerpo, haciéndolo capaz de traspasar las fronteras de un espacio geométrico representado por el formato.
La disposición de la obra consiste en una secuencia elaborada a partir de escenas (como las viñetas de una historieta); en donde se representa una condición del ser humano; al final, la imagen apunta a una pérdida de la narrativa y a una expansión de la sustancia que le da forma en el espacio, extendiéndola y afirmándola sobreéste.
La necesidad de transmitir en la obra una idea de cuerpo y carne, una sensación de fragilidad y futilidad ligadas al estado efímero que poseen todas aquellas cosas sobre las que podemos advertir una muerte o un cambio de estado, me impulsó a utilizar materiales que puedan degenerarse lenta e indefinidamente sobre el formato, provocando así una pérdida de la figuración y un retorno a la figura. Plastilina para dar cuerpo y volumen, y sangre de cerdo para lanzar el trazo del animal humano que somos.
El resultado es un paisaje corpóreo que muere lentamente mientras se distiende en el espacio bidimensional. Un culto a la muerte y a la alteridad, entendida a partir de la disolución del “yo”, el “otro”, el “nosotros” y el “ellos” en una masa amorfa carente de identidad que se desborda sobre los límites del formato, escapando de ese espacio medido, diseñado para contener y delimitar.
Si bien, la profundidad deéste documento se asienta en la experiencia que he tenido como estudiante en la escuela de artes, es de anotar, que la relación que tengo con el ejercicio plástico no empezó en la academia. He venido experimentando con el dibujo y la escultura ya desde muy chico. A lo largo de todo ese trasegar, me he dado cuenta no solo de que somos seres en primer lugar perceptivos; sino también, de que el canal principal de la percepción humana es la visión.
No obstante me limito aquí, solo a hablar de la visión que no puede someterse al acto simple, propio del tejido y la biología, de hacer posible para nosotros filtrar la luz y transformarla en imágenes, vaticino la visión que traspasa las barreras del organismo, aquella capaz de generar pensamiento, entendimiento, reflexión y consciencia.
Después de nacer, reconocer el mundo y obtener una concepción propia de la realidad a través de la manifestación sensible deéste sobre nosotros, es quizás la imposición más determinante de la naturaleza. Las imágenes, desde el momento en que aprendemos a reconocernos en ellas se transforman para el ser humano en experiencias sensibles, desde que logramos reconocernos en el rostro de nuestra madre al ser bebes, o a interpretar una sonrisa o cualquier otro gesto, la experiencia nos ha fabricado una imagen del mundo.
Pienso que el acto de crear imágenes surge de la necesidad del hombre de establecer vínculos con la naturaleza, para poder así reconocerse en ella. Fabricar imágenes es pactar una reconciliación con el mundo:
“ El hombre es mundo, es la imagen la que habla, porque es evidente que la imagen sola puede sostenerse al mismo paso de la naturaleza ” . (Pasternak, 1922)
Así, las imágenes sobre las que vale la pena detenerse, son aquellas que se sostienen al paso de dicha naturaleza y que sirven únicamente como contemplación para el espíritu. Dichas imágenes son el producto inherente al devenir humano sobre la tierra.
“ El mundo no es má s que un amasijo de manchas confusas, lanzadas al vac í o por un pintor insensato, borradas sin cesar por nuestras lá grimas ” . (Yousernar, 2010)
En mi caso, el impulso por fabricar imágenes fue precoz; en diversas ocasiones ofrecí de niño muchas de ellas endebles, elementales, que permitían incluirme a mí y a los míos en mi propia percepción del espacio; ya saben… el dibujo de la familia, el dibujo de la madre, el de la casa.
Con el tiempo vino la necesidad de adquirir maestría, siendo esta preocupación por el dominio técnico del material y la herramienta (el lápiz en primer lugar, pasando por el pincel y la plastilina), la que poco a poco le brindó a mi personalidad un carácter, que se ha venido transformando en un lenguaje, con la imagen que tengo en mi memoria del mundo perceptible como materia prima. Sin embargo, aquellas pueriles creaciones se encasillaban únicamente en una tendencia a imitar la realidad, ignorando que la representación no obedece a una actividad imitativa; sino más bien, a la cualidad de adquirir: “ un cuerpo de expresiones que erijan un puente de comunicación con los demá s, que nos permita hacer p ú blicas nuestras propias imá genes .”(Bachelard, 1957)
Ahora, en mi empresa por adquirir labor de arte, he aprendido que la imagen representativa por sí sola no basta para ser contemplada por el espíritu, y aunque como declara Bachelard, en su poética del espacio: “ la imagen en su simplicidad no necesita un saber, ” (Bachelard, 1957) dando a entender que aunque la imagen, es antes que el pensamiento y que ver una cosa sin el color de las preferencias y los deseos, es verla en su simplicidad primigenia, una imagen que no induzca al ser del hombre a la profunda reflexión, limitándose solamente al impacto sobre sus sentidos es impotente. Así mismo, una imagen fabricada únicamente bajo los preceptos de la razón y el entendimiento, solo puede enfrascarse en un proceso discursivo agotador, que hace de ella una moda pasajera, imposible de preservarse en la experiencia humana, embotellándose simplemente en un exceso verbal.
¿Qué se requiere entonces para crear una imagen potente y verdadera? Sabemos, que lo más difícil de lograr es expresarse con sinceridad, y el arte, es la puesta en obra de la verdad. Y la virtud de declarar verdades entretejidas en la quimera de la imagen creada, solo puede descifrarse en poesía.
Es la poesía, el ingrediente principal para fundar imágenes potentes, y el alma de las cosas, es aquello que las hace cosas por encima de simples objetos. Así pues, una imagen con alma se convierte en un ser hablante, en una imagen poética.
“ Aquella imagen que ha tocado las profundidades antes de conmover las superficies, echa ra í ces sobre nosotros mismos. La hemos recibido, pero tenemos la impresión de que hubié ramos podido crearla. Se convierte en un ser nuevo en nuestra lengua, nos expresa, o dicho de otro modo, es a la vez un devenir de expresión y un devenir de nuestro ser. Aqu í la expresión crea ser ” . (Bachelard, 1957)
“ La monta ñ a, no es má s que el rastro del paso de la lluvia sobre la tierra. Y la monta ñ a extra ñ a la lluvia como la lluvia a la monta ñ a ” .1
El nacimiento, es quizás la experiencia más desgarradora del ser humano; esto es porque nacer evoca un desprenderse, un separarse, un desligarse, sin más preámbulos: es la ruptura del vínculo umbilical entre madre e hijo, que antes unía a dos seres en una sola carne.
A partir de ese momento no somos más que seres inconexos y nuestro cuerpo es la ausencia producto de esa separación que busca desesperadamente y sin descanso durante el recorrido de su existencia, sentir de nuevo esa unión afectiva.
Así pues, dos amantes se extrañan cómo la lluvia y la montaña, y sus cuerpos son simples evidencias cartográficas del paso de todos aquellos choques entre sus superficies.
Somos un cúmulo de ausencias inscritas en nuestra carne y como consecuencia de ello en este espacio que llamamos casa, que llamamos mundo, no nos instauramos más que como la presencia de algo ausente.
Hablar del cuerpo, remontarse enél, es tratar de comprender su centro y su superficie destinados al contacto. Veo en el cuerpo y en su carne descobija, el significado poético que acarrea la huella. De chico me conmovió, y aun sin ser consciente de la nostalgia de su presencia, siempre sentí tendencia a representarla constantemente, me altera su sexo, la cualidad de desvanecerse cansadamente con la vida, con todos los vestigios que ella deja sobre su anatomía ya difusa y trastocada.
El cuerpo, es mí prisión y mi refugio, prisión: porque veo el suplicio de cargar conél por la vida, como todos aquellos que también llevan uno consigo. Refugio: porque me alimento de su poesía, del recuerdo de sus empalmes que brindan sosiego a mi alma en noches solitarias; recurro aél porque es afable a mis necesidades de constante alimento idílico, porque deseo conocerlo y porque siempre quiero escucharlo, aun cuando sus gritos aturden; sentirlo, incluso cuando resulta doloroso y entenderlo siempre, así se devele confuso.
Antes de intentar discernir aquí, en una concepción sobre el cuerpo; tendría que intentar comprender como llegar a su análisis y posteriormente a una exposición clara deéste para poder alcanzar de una manera adecuada al lector.
Para ahondar en el cuerpo, es necesario acceder primero a todas las derivaciones fenomenológicas impresas sobreéste. Me resguardo para esto en la fenomenología planteada por Merleau Ponty , definida pródigamente como el estudio de las esencias, que predica que todas las problemáticas del pensamiento encuentran su solución en el esclarecimiento de sus esencias; razonamiento proferido aún antes de la existencia del término, por filósofos como Husserl o Heidegger.
Pero para llegar a una fenomenología del cuerpo es necesario pretender describirlo, antes haciendoénfasis en que la descripción no procuro emprenderla como un reconocimiento técnico del cuerpo, sino más bien como lo declara Merleau Ponty, en su “ Phé nomé nologie de la perception ” : “ un pretender volver a las cosas mismas. ” (Ponty, 1945)
El condicionamiento que ha tenido sobre nosotros la doctrina de un mundo técnico, ha provocado que la concepción del cuerpo sea meramente biológica, transformándolo en algo frío, desnaturalizado, he imaginado únicamente para la mera funcionalidad. Los sueños idílicos de la razón humana, han emanado monstruos aberrantes, máquinas humanas, cuerpos germinados bajo el precepto de la producción en serie que a la larga terminaron alojándose en nuestras mentes como simple mercancía o un instrumento más de explotación mercantil, útil solamente hasta que su misma biología cumple la tarea de desgastarlo, haciendo deél un objeto inútil e inservible.
“ Yo no soy el resultado o encrucijada de las m ú ltiples causalidades que determinan mi cuerpo o mi “ psiquismo ” ; no puedo pensarme como una parte del mundo, como simple objeto de la biolog í a, de la psicolog í a y la sociolog í a, ni encerrarme en el universo de la ciencia ” . (Ponty, 1945)
El hombre acontece en el escenario del mundo, que es la tierra misma, el espacio mismo. Es ridículo pensarse producto y consecuencia de las reflexiones humanas sobre el mundo; son por el contrario todas estas, producto y consecuencia deéste. Al pensar en Ponty, existe la posibilidad de intentar ver todoéste engranaje de nervios, órganos y músculos, e incluso mis reacciones sicológicas y sociológicas, como factores incalculables, inmedibles y que solo encuentran acoplo en la naturaleza. Podríamos intentar hablar del ser del hombre, del alma de un cuerpo, pero hacer esto, es divagar entre los oscuros secretos de la percepción y para lograrlo, hay que liberarse de las ataduras del pensamiento técnico y empezar a estacionar todo en el escenario de la imaginación.
Antes, asumí la imagen como fundamento primordial de la percepción humana. Los sentidos, se alimentan de todo lo presente en la realidad. La percepción fundamenta el umbral de la experiencia, sin la cual de nada servirían las alucinaciones de la razón.
Concibiendo que sea ente presente en el mundo, atiborrado por valores de experiencia, que hacen posible para mí el percibir; puedo conferirle a mi cuerpo y alma, espíritu o consciencia, la capacidad innegable de fabricar para sí, una propia imagen del mundo, sin que dicha imagen, sea indiferente a los valores de consciencia presentes en otros cuerpos paralelos al mío más que por cuestiones ideológicas o de pensamiento, es decir, antes de tener una idea del yo, primero tuve que ser consciente del ser que se determina desde el otro en el mundo. Somos seres del mundo, y aunque mi existencia esté ceñida a los valores de identidad, también debo valerme de la idea que tengo de los demás seres enél.
Mi cuerpo existe para establecer contacto con otros cuerpos, y así, a través de la huella y la experiencia de ese contacto, alcanzar una propia definición de la realidad. Comparto plenamente la concepción de la filosofía Deleuziana de ver el cuerpo como un cúmulo inmedible de experiencias sensibles, un bloque de sensaciones convergentes allí, para adquirir impresiones que nos permitan fundar nuestra propia verdad. Así, puedo adquirir un saber primordial de la realidad. El cuerpo es aquello que funda siempre nuestra idea de verdad para poder confrontarla con otros cuerpos, con otras realidades,éste es el principio básico del origen del conocimiento.
Expuesto todo esto, se hace necesario aclarar que mi cuerpo forma un puente perceptual entre el mundo y la cosa que soy, y así funda mi propia verdad, peroésta verdad, no es universal, ni impuesta sobre las demás, ya que, “ No hay que preguntarse pues, si percibimos verdaderamente el mundo; al contrario, hay que decir: el mundo es lo que percibimos. ” (Ponty, 1945)
Mi visión del cuerpo contemporáneo es la imagen de un cuerpo maniatado, reprimido o apresado. En repetidas ocasiones intenté manifestar estéticamente este pensamiento por medio del dibujo, donde la figuración me otorgó la posibilidad de esclarecer en la imagen, mi visión particular de cuerpo.
El arte, es la fuga de mis propias angustias, así fue como me enfrasqué en todo este proceder discursivo. Siento permanentemente el desasosiego y el sofoco de las figuras en las que me examino al caminar por una acera cualquiera de mi pueblo. En la ciudad, reconozco cuando pasan por mi lado los movimientos cansados y extenuados de aquellos cuerpos permanentemente atormentados por sus vidas presurosas, donde la rutina de vivir una y otra vez el mismo día, ha hecho de sus figuras apariciones delirantemente inexistentes, fáciles de ser ignoradas o pasar desapercibidas.
La experiencia me ha hecho ver, que el cuerpo es considerado inadecuado para el continuo e interminable avance de la vida cuando la enfermedad o la vejez recaen sobreél, que la libertad de acción y pensamiento solo son un sueño endeble, ya que lo que sirve enéste modelo de locura social es pensar y sentir igual a todos; como si viniéramos juntos en un empaque de fábrica con un manual de instrucciones.
El cuerpo del hombre contemporáneo es sometido a un modelo de vida que lo exprime mientras refugia sus ideales en un poco de sosiego vacacional que nunca llega, y extingue su vida en búsqueda de una felicidad, que no es más que una propaganda en su psiquis, producto del reciclaje de imágenes falsas extraídas de un programa de televisión, una revista o una página de Internet, que diariamente lo contaminan con visiones alucinadas de cuerpos perfectos, que no son más que rastros deshumanizantes.
El cuerpo del hombre actual, es un cuerpo escindido, mutilado y repetidamente fragmentado. Como bien he dicho antes, el pensamiento del cuerpo como mero accidente biológico ha logrado que sea tratado como un artefacto que si se avería, se lleva al mecánico, y si su funcionamiento es inadecuado, simplemente se desecha y se remplaza por otro, esperando que el nuevo funcione igual que el anterior, como si las emociones y reflexiones de ambos fueran las mismas, cómo si su proceder en este recorrido que llamamos vagamente existencia fuera igual.
Este, es el modelo actual de reducción humana, una reducción que suprime por completo los valores de identidad, que con la excusa de estudiar para hacer una carrera y no para aprender, adquiere diariamente ejércitos de abogados, administradores de empresas, agrónomos, contadores públicos, médicos, políticos, fisioterapeutas, siquiatras, ingenieros, estadistas… cada uno de ellos idéntico al otro para el medio.
¿Cómo puede el ser humano darle una salida a su corporeidad? ¿Cómo podemos albergar una consciencia profunda sobre el cuerpo? Parecen ser el arte, la poesía y la filosofía; los senderos más elocuentes, ya que inducen al hombre a una profunda reflexión sobre sí mismo. El arte como camino para encontrar el sosiego esperado y tan anhelado, o el arte y la poesía como catarsis del ser.
El entendimiento del cuerpo solo es posible en clave estética. Pero entonces, ¿cuáles son o cual es a brevedad, la angustia deéstaépoca y cómo se manifiesta en el cuerpo? Yo diría que antes de comprenderlo completamente, tendríamos que devolverle el cuerpo a la noción de espacio.
El cuerpo contemporáneo no sólo se niega así mismo, sino que también niega el espacio, ignorando que ambos, cuerpo y espacio, son siempre la misma cosa.
“ Construir y pensar son siempre, cada uno a su manera, ineludibles para el habitar. Pero al mismo tiempo será n insuficientes para el habitar mientras cada uno lleve lo Suyo por separado en lugar de escucharse el uno al otro. Será n capaces de esto si ambos, construir y pensar, pertenecen al habitar, permanecen en sus propios l í mites y saben que tanto el uno como el otro vienen del taller de una larga experiencia y de un incesante ejercicio ” . (Heidegger, 1994)
¿Cómo entendemos nosotros el espacio? Para contestar esta pregunta simplemente basta con observar los espacios que ocupamos y la respectiva manera, en la que nuestro ser se dispone a habitarlos.
Hemos entendido el construir como el simple acto de edificar. Si observamos un apartamento cualquiera, de algún condominio o conjunto cerrado en una ciudad cualquiera; además de ser en su estructura idéntico a los demás, ya sea del mismo edificio idéntico también a los demás edificios, erigidos por una compañía llena de arquitectos, también idénticos… es un espacio hecho a medida exacta del hombre, para un modo exacto de habitar.
Recuerdo que solía pasar mucho tiempo en un apartamento comoéstos a la edad de veintitrés años y siempre despertó en mí una exasperante curiosidad, el ver como cada uno de esos espacios parecía diseñado a mi medida; por ejemplo: las gavetas en la parte superior de la despensa de la cocina, siempre estaban a la distancia exacta de mi brazo, nunca más arriba y nunca más abajo. El cuarto, era apenas justo para ser ocupado por una cama, una mesa de noche, un pequeño estante donde ubicaba mis libros y mi cuerpo. Aquel espacio, abolía por completo cualquier ensoñación de flexibilidad o amabilidad, tan frío y rectilíneamente simétrico en sus esquinas, que la idea de acogimiento era simplemente un delirio. Llegué a pensar, que solo transformando mi fisonomía en algo lo suficientemente parecido a una escuadra, podría sentirme realmente conexo con ese espacio.
Pareciese entonces que espacios comoéste estuviesen diseñados, más para un ocupar del cuerpo, que para una habitar del ser del hombre, haciendo que sea prácticamente imposible fundar sitio, fundar lugar.
Pero entonces: ¿Qué significa habitar?, Habitar puede definirse simplemente como “ el modo como nosotros somos en la tierra. ” (Heidegger, 1994) Ser, según Martin Heidegger, significa estar satisfecho, en paz; paz, significa ser libre y libre, significa cobijar, guardar o sencillamente cuidar. Habitar es entonces ofrecerle un descanso al SER del hombre en la tierra con libertad, con cuidado; en palabras del filósofo: “ Habitar, es cuidar toda cosa llevá ndola a su esencia. ” (Heidegger, 1994)
Hablaré aquí, únicamente del habitar en clave poética, ya que son sólo los poetas los que habitan, porque solo es posible el habitar poético del hombre.
Hasta ahora, he dispuesto una idea filosófica de la que puede dilucidarse el espacio, o mejor dicho, el espaciar (envés del edificar), como un depurar y liberar lo rústico en el asentamiento del hombre en la tierra. El espaciar conlleva a develar o hacer aparecer aquello que permanece libre, para un estacionarse del cuerpo. Un situarse… fundar sitio.
El sitio, no puede entenderse simplemente como un punto de referencia en un mapa, o un foco en un espacio determinado. Sitio, es aquel lugar que está dispuesto al encuentro del hombre con otros hombres y el espacio mismo, para ello se hace necesario liberar las cosas que allí se encuentren, ya que solo permitiendo el sobrevenir libre de las cosas, es posible custodiar dicho encuentro, así y solo así, puede sentirse una real pertenencia con el espacio fundado, ahora poéticamente como sitio.
Pero para esto hay que comprender el espacio más allá de una medida matemática; es necesario entender que el espacio, permaneceél mismo como ha sido siempre aún antes de la existencia humana, por ende el espacio no es aquel que determinó el producto del racionalismo, como una simple “ extensión uniforme sin zonas privilegiadas en cada dirección equivalente ” ,2 no, yo no puedo hablar de esa manera. El espacio, es la naturaleza misma que se amolda, tanto a la naturaleza del hombre, como a la de las cosas, cuando dicho hombre y dichas cosas no niegan su propio devenir natural yéste espacio, podría pensarse en un principio como el espacio de la imaginación, de las percepciones y del ensueño que ningún número puede medir.
La plástica sería entonces, el medio para darle cuerpo a ese espacio, para traerlo a la realidad sustancial y sustraerlo del terreno onírico. En ese sentido, el arte plástico podría entenderse como un performance de la imaginación, que en la apertura de un paraje que lo encierra, lucha por la búsqueda y la liberación en su encuentro, permitiendo la presencia de las cosas en ese instante, y el habitar del hombre en medio de las cosas:
“ No es siempre necesario que lo verdadero se corporeice; suficiente es si se vislumbra espiritualmente la verdad y resulta en conformidad, si flota por los aires como el canto austero y amistoso de las campanadas ” . (Heidegger, 1994)
Entonces ¿Cómo reconciliarme con el espacio? Es el entendimiento poético del mundo, la respuesta a la conquista técnica del espacio. Por esto, cabe decir que son sólo los poetas los que fundan los lugares, ya que en ellos está la determinación de reconocer el espacio como algo sagrado, solo así sería posible cambiar nuestra noción de construir y por ende nuestra noción de habitar:
“ Espacio sagrado es un lugar que se convierte en sitio sagrado , cuá ndo ené l se repite el efecto del poder sacro o es repetido por el hombre. ” (Bollnow, 1969)
Según esto, cabe recalcar entonces que un fragmento del espacio no es simple y llanamente un fragmento, más allá de eso, es necesario determinar ese fragmento como un lugar, entendiendo que al decir “un lugar”, estoy admitiendo ya en ese espacio el acontecer del hombre que lo pisa y está sobreél, pero ese lugar se transforma en sitio, cuando el hombre ha situado su presencia después de reconocer su divinidad y comulgar con su poder. Solo de esa manera entenderíamos el construir como un acto de comunión con el poder de ese lugar sagrado.
Este tema se ha debatido incasablemente por los llamados filósofos de la diferencia. Heidegger por ejemplo ratifica el habitar poético del hombre, cuandoéste vela por lo queél llama cuidar la cuaternidad ; comprendida porél, como un cobijar de los elementos dispuestos en el mundo, para permitir la existencia deéste, afirmando que solo así, será posible el verdadero habitar del hombre:
“ Cuidar la cuaternidad, salvar la tierra, recibir el cielo, estar a la espera de los divinos, guiar a los mortales, este cuá druple cuidar es la esencia simple del habitar ” (Heidegger, 1994)
Asumo cuidar la cuaternidad como salvaguardar los elementos, permitiendo la relación entre su naturaleza y la mía, siendo consciente de su divinidad y su poder sobre mí. Solo reconociendo lo sagrado, podré verdaderamente habitar:
“ La casa, es un IMAGO MUNDI. Su techo simboliza la bóveda celeste; el suelo, la tierra, las cuatro paredes, las cuatro direcciones del espacio cósmico ” . (Bollnow, 1969) Habitar significa construir para sí un imaginario del mundo, que permita un retorno a la naturaleza misma de las cosas presentes en el espacio, hecho lugar, para poder fundar sitio, conservando siempre la comunión con la tierra, el cielo, su divinidad y el hombre.
Teniendo en cuenta, que no existe separación entre construir y pensar el espacio, ya queéstos no pueden llevar cada uno lo suyo aislado del otro para que pueda existir la noción de habitar… Así mismo, pensar el cuerpo en frente del espacio, como si el uno fuera diferente del otro, es el traspié preliminar que hace que comprenderlo sea una laborépica.
Al dormir plácidamente en mi cuarto, mi cuerpo yace casi inerte como uno más de los muebles queéste contiene, a no ser, por algunas agitaciones producto de algún sueño o el compás de mi respiración. Sin tiempo y consciencia para pensarse como centro o eje principal del universo (como comúnmente se hace), mi cuerpo presente puede parecer, a los ojos de quien lo observe, algo que se ha determinado mimético con el sitio, o más bien, un ser que ha concertado la paz con el espacio mismo. Esto es, porque en el dormir se puede simplificar la función básica del habitar.
En el sueño el hombre se extiende fuera de sí y logra fundirse en su cama, haciendo difícil establecer diferencias entre uno y el otro, porque ambos, cama y hombre, han logrado condensar la noción misma del habitar cuando se ha establecido allí, la sensación de cobijo y protección.
“ Todo lo que duerme es ni ñ o de nuevo. Tal vez porque en el sue ñ o no se puede hacer mal, y no se da cuenta de la vida, el mayor criminal, el má s redomado ego í sta es sagrado, por una magia natural, mientras duerme. Entre matar a quien duerme y matar a un ni ñ o no conozco diferencia que se sienta. ” (Pessoa, 1984)
Esa magia natural a la que hace referencia el poeta, es la síntesis del encontrarse a gusto, pleno, seguro y protegido por el espacio mismo que promueve la intimidad de nuestra casa. Es en el sueño donde naturalmente se enfatiza esta idea de la comunión con el espacio, porque es en la cama donde recae el descanso y el sueño del hombre cuandoéste, ha logrado por fin tranquilizar su espíritu y su mente.
“ La cama condensa el sentido de la vivienda entera porque concentra en ella la noción de centro individual de espacio envolvente y protector. La función necesaria de la cama, es ser uná mbito de total protección; ella es un espacio de aislamiento protector, y por ello la culminación del cará cter cobijador de la casa. En resumen, es la caracter í stica esencial del amparo la que me posibilita dormirme. Sólo teniendo consciencia del amparo puede entregarse el hombre al sue ñ o ” . (Bollnow, 1969)
Peroéste cuerpo, no establece comunión con el espacio solamente en el cobijo de la cama, mientras mi consciencia es presa del sueño.
Volvamos a la idea del cuerpo en frente del espacio. Al situar el cuerpo recostado en el marco de una ventana por ejemplo, mientras se contempla un paisaje repleto de montañas, no hay nada que me indique realmente que la montaña esta allá, a lo lejos y yo justo enfrente de ella, ya que la ventana es aquel elemento de la casa que me permite estar adentro y afuera al mismo tiempo, es decir, mientras observo la montaña con detenimiento, cabe decir que no soy diferente de ella, ni estoy simplemente enfrente de ella, porque yo soy la montaña en ese instante. Esto sucede, no solo porque esté pisando el mismo suelo que la ha formado, sino también porque puedo tocarla a distancia con mis ojos. La vista, no es un sentido diferente del tacto como comúnmente se cree, lo digo porque los ojos también son piel, por ende puedo tocar con la mirada y eso es algo que ya trasciende la mera contemplación.
Entonces decir que el paisaje es algo que se encuentra afuera en la distancia, lejos de mí y destinado solamente al mero agrado visual, es un concepto atrasado y muy errado. Hay que decir, que el paisaje es algo que se encuentra en comunión con mi espíritu, que más allá de contemplarlo lo palpo y pacto conél un lazo estrechamente afectivo preservado en la eternidad. Solo así, puede entenderse el espacio no como algo que se encuentra fuera de mi cuerpo, sino como algo que es con mi cuerpo y yo soy conél, en perfecta armonía.
Antes mencioné que la tendencia a fabricar imágenes en mí fue prematura; pero para develar esto con claridad en mi mente, me veo obligado a divagar entre los escondrijos de mi memoria, ahora borrosa como un espejo empañado por vapor de agua.
Al ser niño, las exploraciones plásticas empiezan siempre como un acto deliberadamente instintivo, son el producto de un esfuerzo por reconocerse en el espacio y así llegar a una experiencia del cuerpo.
Mi círculo familiar ha sido siempre pequeño. De niño, compartí mi casa con mis dos abuelos, mi tío y mi madre. Curiosamente, recuerdo solo haber sentido ímpetu de representar aésta última continuamente con crayones, lápices de color, témperas, vinilos y toda clase de materiales proporcionados por ella para conseguir distraerme en mis muchos momentos de soledad, ya que no tuve hermanos, y ella estuvo presente muy poco durante mi infancia, puesto que debía trabajar, y a mis abuelos siempre los ensombreció la enfermedad. Así que me refugié enéstos ejercicios con gran pasión.
De niño recuerdo que mi mayor anhelo era convertirme en paleontólogo, puesto que sentía gran admiración por los dinosaurios e intentaba muchas veces representarlos con plastilina, uno de los materiales más usados por mí a esa edad. Dichas esculturas, lograban realmente sacarme del tiempo. Siempre estaba sosteniendo estas piezas en mi mano para rodearlas con la mirada, deteniéndome en cada detalle. Mi madre, que sospechaba de ciertas habilidades, me inscribió en cursos de modelado en plastilina y pintura al óleo a la edad de 8 años. Recuerdo con cariño las clases de modelado en plastilina impartidas por “ Nicolá s ” (Profesor en ese entonces y cuyo nombre no olvido), en la sede de Confamiliares en Chinchiná, el pueblo donde crecí y aún vivo.
En esas clases aprendí a construir maquetas hechas fundamentalmente de plastilina: casas con jardines llenos de flores en la entrada, granjas y castillos con dragones y caballeros que abrieron en mi mente una cantidad de autopistas para la imaginación y la creatividad.
Más tarde tuve mi primer contacto con la pintura, y de nuevo en estos cursos; me vi frente a un caballete trazando pinceladas de óleo sobre tela, imitando paisajes impresos en revistas llenas de playas espolvoreadas con palmeras, o ríos que se perdían entre montañas cubiertas de nieve que representé con un gran esfuerzo; puesto que no estaba familiarizado con dichas imágenes, ya que los paisajes que veía a diario eran montañas cubiertas de cafetales hasta la cima, que se asomaban desde la parte trasera de mi casa.
Sentí mi primera gran frustración con la pintura. Siempre me pareció demasiado difícil lograr un contraste de color e incluso conseguir una paleta adecuada. Además, me aburría en demasía intentar imitaréstas imágenes que nunca dejaron de verse ajenas, por lo cual perdí el interés rápidamente y me sumí de nuevo en la tridimensionalidad,ésta vez solucionada por medio del contacto con la arcilla, elemento que aún hoy sigue produciéndole fascinación a mi espíritu, ya que recurro aél cuando la necesidad de contacto físico me embarga y deseo tener algo suave y maleable entre las manos.
Miépoca escolar siempre fue confusa, recuerdo que en la escuela primaria me mostré extrovertido y buscaba llamar como fuese la atención, pero en la secundaria me sumergí cada vez con más frecuencia en profundas reflexiones y como consecuencia de ello, me transformé en alguien solitario, introspectivo y de pocos amigos. La mayor parte del tiempo la pasaba en mi casa inmerso en el ejercicio del dibujo, curiosidad que no se bien como llegó a mí, puesto que por circunstancias económicas ya no me fue posible estudiar en escuelas de pintura, así que lo aprendido entonces sobre esta actividad, lo extraje de libros prestados en la biblioteca del colegio, en los que aprendí los cánones del rostro y la construcción de bodegones a partir de figuras geométricas.
Recuerdo que me refugié en el dibujo porque pensaba que era algo mucho más maduro ya que me había cansado de jugar con plastilina y arcilla, además, me gustaba y aún me percato de ello con complacencia; la manera como surgen las formas del papel en blanco, haciéndolo parecer mágico. Nunca lo abandoné… Aún después de finalizar el colegio, viéndome forzado por pretensiones financieras a estudiar algo, que no era tanto de mi agrado; siempre me esforcé por llegar a un buen entendimiento técnico del dibujo, que se inclinaba por la representación del cuerpo humano desnudo, curiosidad que hizo que abandonara mis estudios, ya que solo quería pasar el tiempo intentando dibujar las corrugaciones de la palma de mis manos, el volumen de unos senos, la curvatura de unas caderas, o el iris de mis ojos.
Ya a la edad de 20 años entré a la Fundación Universitaria delárea Andina, en Pereira (Risaralda). Allí, inicié la carrera de diseño gráfico profesional, donde aprendí conceptos básicos del diseño como la idea del punto, la línea, el plano, el volumen, además de conceptos de construcción espacial como la dirección, la inclinación, el punto focal, la sustracción y superposición de formas, que le dieron un nuevo horizonte a mi percepción. De nuevo asaltado por preocupaciones económicas me sentí obligado a dejar la universidad, pero nunca deje mi interés por el dibujo, hecho que me motivo a comenzar mi instrucción profesional en arte, esta vez en la Universidad de Caldas, aunque apesadumbrado por pretensiones ajenas a mi voluntad de “estudiar algo que valiera la pena y me labrara un futuro,” ya que mis inclinaciones artísticas siempre fueron subestimadas por el medio, e incluso por mi núcleo familiar.
A la edad de 22 años inicié mi instrucción formal en artes en la Universidad de Caldas. Confieso haberme inscrito enésta actividad, únicamente en espera de pasarme más adelante a otra carrera, en unaépoca donde el trastabillo profesional reinaba en mi cabeza. Pero a pesar de eso, siempre realicé cada ejercicio y vi cada cátedra con el mayor de los intereses. Una de las clases era la de Filosofía del Arte; recuerdo que esa cátedra generó en mí una profunda reflexión, al extremo de otorgarle gran parte del crédito por haber continuado en el ejercicio del arte. Me di cuenta del amor profundo que sentía por todas aquellas inclinaciones artísticas que asolaron mi vida, y a partir de ese instante me entregué a su estudio con fervor.
Mis expresiones adquirieron cierta personalidad y carácter; sobre todo en el dibujo se ha hecho evidente mi preocupación por el cuerpo que empecé a deformar y alterar hasta el punto de exponerlo grotesco. Recuerdo afectuosamente, un rostro que dibujé una tarde sentado en las escaleras de la plaza Simón Bolívar. (Fig. 1) Este rostro estaba completamente desprovisto de toda regla establecida por el canon de dibujo en su construcción; logré deformarlo tanto, que adquirió inmediatamente una apariencia desagradable. Deél, se desprendían fragmentos de “piel” que se adherían a los límites del formato; al terminarlo lo observé con gran interés por mucho tiempo, ya que no entendía como había llegado a la construcción deéste personaje y pensé, que solo podía ser una extensión de mi psiquis, o de una profunda reflexión inconsciente sobre mí mismo.
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Fig. 1 DIBUJO EXPERIMENTAL / lá piz grafito sobre papel / 2008
Continuamente opté poréstas figuraciones donde develaba cuerpos explayados en el formato. Seres de cabeza ancha, extremidades largas y torsos delgados ligeramente exagerados. (Fig. 2) En mis ejercicios escultóricos, también se vio este interés por hacer aparecer estos cuerpos dilatados. Pensé que esa era mi visión de humanidad y que esa apariencia, era la que deberían tener todos, o que en el fondo tenían realmente (incluyéndome).
Con el tiempo, debido a cierto proceso de de-construcción conceptual, y una curiosidad en apariencia inducida por la influencia de algunos maestros, abandoné por completo estas interpretaciones creyéndolas inoficiosas y simplemente producto de un reflejo instintivo por reconstruirme o replantearme.
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Fig. 2 DIBUJO EXPERIMENTAL / lá piz grafito sobre papel / 2008
Sin nada a que aferrarme, empecé a divagar experimentado con otros medios artísticos como el video, la instalación, la intervención urbana y el performance donde aún se hacía visible mi interés por el cuerpo. Pero un acontecimiento importante en mi vida durante la universidad, donde me vi de nuevo forzado a pensarme con profundidad, hizo que volviera aéstas imágenes. Ahora veo en ellas la presencia de una angustia inherente a mi voluntad de crearlas y he enfebrecido sobre ellas toda mi reflexión conceptual.
Hasta ahora, no recuerdoépoca más confusa que los primeros cinco semestres en la Universidad de Caldas. El emprendimiento académico en arte me obligo a replantearme en muchos aspectos de mi vida personal y profesional y mi pensamiento se vio forzado a encontrar una salida.
En el 2009 todavía inmerso en el ejercicio del dibujo comencé a explorar técnicas que me obligaban a tener cierta percepción del color y la textura, como los lápices pasteles, las tizas pasteles y acuarelas, el carbón mineral y pigmentos minerales sobre papel. Conéstos materiales empecé de nuevo a indagar mi corporeidad.ésta vez, usando un espejo, intenté imitar su reflejo de mi cuerpo sobre el papel.
Con el tiempo sentí la necesidad de pensarme en el espacio; asumiendo como representación deéste, el formato en blanco del papel donde descansaban todas las maneras posibles de mi cuerpo, aunque todavía sin intención alguna de comunicar una idea o pensamiento de algo.
Me di cuenta, que no estaba conforme conésta percepción espacial, sentí cierta imposibilidad de instaurarme en el espacio con plenitud, y dilucidé esa incapacidad como producto de todas las presiones sociales, frustraciones económicas y sentimentales que me embargaban.
Sentí en ese momento, la incapacidad de acomodarme con descanso en la vida, como si el simple estar presente en ella no me bastara para hallarme en conformidad, haciendo de mi interpretación sobre el espacio una visión pesimista, donde la pretensión de encajar un cuerpo en un cuadrado o rectángulo, no reproducían más que imágenes en disputa y confrontación con el mismo formato que las soportaba.
Así pues, nació la imagen primigenia que tuve sobre el cuerpo en relación con el espacio. Recuerdo casi con ternura aquellos primeros intentos de expresión, donde dibujaba mi cara estrellada contra lo que podría ser un vidrio, haciendo visible la estrechez que me apesadumbraba. Repetí con frecuenciaéstos ejercicios hasta que me sentí por fin medianamente a gusto con una aclaración en particular:ésta idea reposaba sobre un dibujo, en el que la figuración de mi cuerpo en disputa con el formato seguían presentes, con la diferencia de que allí, había dispuesto maneras confusas deéste, donde era difícil discernir la posición clara de un brazo o una pierna en un segundo plano de la imagen, frente a la disolución de las corrugaciones de mi vientre, pelvis y genitales en un tercer plano. (Fig. 3) En un primer plano deésta construcción, dispuse con mayor claridad la apariencia de la palma de mi mano izquierda, con un gran esfuerzo por representarla con exactitud; situándola de manera que pareciese como si hiciera presión sobre un cristal. Así dispuse toda la imagen en conjunto como una convulsión.
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Fig. 3 DIBUJO Té CNICA MIXTA / de la serie Poé ticas de un cuerpo escindido / 2009
Además de esto, como un acto involuntario hasta cierto punto, me representé de piel mucho más oscura, sintiendo tal vez la necesidad de verme reflejado en un traje diferente al mío, como la contextura física de un afro americano.
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1 Jaime Pineda. Discusión sobre Fernando Pessoa. Cátedra de Filosofía del Arte. Departamento de Artes y Humanidades. Programa de Artes Plásticas. Universidad de Caldas. 2008. Manizales - Caldas (Colombia)
2 Definición.de ESPACIO. (Diccionario Filosófico En línea) Disponible desde Internet: http://definicion.de/espacio/
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